Primero estuvieron los que se dejaron fotografiar. Luego los que contribuyeron para conseguir los materiales que me hacían falta. Los que me apoyaron con su aliento, los que se quedaron sin dormir para montarlo, los que se recorrieron media ciudad para que mis fotos estuvieran ahí, los que me soportaron cuando llego el momento de colgarlos. Y todos los que estuvieron conmigo el día de la inauguración, pudieran o no estar presentes en ese momento.
Cuando por fin estuvieron todas las fotos colgadas, me parecía increíble. Rebalsaba de felicidad. Esas eran MIS fotos. Se veían hermosas. Separadas de mi totalmente, pero totalmente mías. Si, me decía, son mías, y están ahí para que todos las vean. Era mi sueño cumplido, ¡ahora vamos por muchos más!
Gracias por haber compartido esto conmigo. Brindo por ustedes, por los sueños realizados y los que aun no se realizaron.
Aquí les dejo unos fragmentos de ese día y les recuerdo que hasta el 20 tienen tiempo de ir a visitar la muestra.